viernes, 24 de junio de 2011

Libretilla de apuntes

Sentado de cuclillas a la orilla del planché, mirando como iniciaba una vida que aún no tenía rumbo fijo, entre rondas y papas calientes, casto de sus andanzas y pensares. Sin dolor a cuestas y solo cargando su libreta llena de inocente desconocimiento pasó inadvertido como suave susurro mientras se silenciaba en el vacío interno con camisilla blanca y corto pantaloncito azul.

Aunque continuaban pasando las historias eran rara vez contadas, así que la libretilla continuaba casi vacía o con una o dos líneas de frases escuetas de recuerdos que se olvidarían o el viento se llevaría donde solo lo escuche el desierto. Pronto escudado vistiéndose ahora con celeste lograba esconderse tras las faldas de la ausencia de belleza y escondiendo la luz interna entre sombras de nubes grises, bloqueando todo lo que era y no podía ser, lo que indiscutiblemente le era negado por cultura, religión y sociedad e inclusive por sí mismo forjando y trazando un rumbo de normalidad desapercibida. Con visitas vecinas se despertaba el interés por saber que había pasado todos esos años atrás pero agobiado mejor arrancó una hoja y la destrozó para no encontrarla.

Si recuerdo haber leído detenidamente dos apuntes importantes sobre creaciones, alumbramientos y esperanza que mientras se escribieron dejaron manchas de alguna lágrima que cayó en la hoja por alegría y que energizaban el alma.

Esa libretilla, ¡quién lo diría! tan traviesa e inocente que se veía, y súbitamente sin filosofar al respecto escribiría como detrás de una confesión le daban una cachetada de castigo y un beso de permiso, desatando los más ignorados y guardados secretos… Fue ahí mi querida libretilla donde se empezó a escribir hojas llenas de historias que ahora se tendrían que comentar en los pasillos y caminos pueblerinos con astucia y malicia para unos, con apoyo y abrazos para otros que pudieron leer entre líneas sin desinflarse. Ah! estimada libretilla de apuntes cuantas historias habremos de leer ahora entre carcajadas de diversión y llantos fantasmales que la culpa no entiende, ah! libretilla no queda más que seguir escribiendo para no dejar las hojas en blanco pues todavía queda mucho por deletrear.


(#2 – Junio 24, 2011
de "Cavilaciones de mi existencia")

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