lunes, 14 de febrero de 2011

¡Has olvidado!

He caminado sin cabalgar
por estas calles albureadas
buscando hacer rutas nuevas,
he caminado.

Estando a tu lado
como sombra de tu silueta
presté mi hombro,
postré mis brazos
para que no sintieras
la soledad que te embargaba
y que tus lágrimas puras
no tocaran el suelo
en mi camisa dejaban su escape,
¡has olvidado!

También yo requerí asistencia
de las caídas: la inesperada,
de las intersecciones: la desconocida,
donde las curvas
se alinean sin iluminación.

¿Dónde estás compañero? ¡mi amigo!
¿Por qué sabiendo quien he sido, huiste?
de reojo tu espalda inconclusa,
girando en la esquina del olvido
sepultaste mi nombre y mi apellido.

Conozco tu paradero,
y fingiendo que no existo
ignoras con tu indiferencia
mis años de amistad,
verdad amigo, ¡has olvidado!

Recuerdas las noches de bar
cuando solías imaginar
el futuro que no existiría…

Recuerdas cuando
bajaba del auto
la última palabra de esperanza
siempre era para ti.
o acaso ¡has olvidado!

Amiga también tú,
en tu soledad encontrabas compañía
noches de películas con calidez
y de tertulias contadas
escuché con atención y sigilo
tú también ¡has olvidado!

Si encuentran la luz
que Dios pone
en el corazón del amigo…
encontraras que el mío
aún guarda recuerdos
libres de rencor y olvido,
llenos de cariño y
de recuerdos pasados
que aún claman respeto
por una historia sincera
de quien un día te llamó amigo
y de ti que hoy simplemente
¡has olvidado!



(#95 – Febrero 14, 2011de “Pintando Letras con el Alma”)
(A quienes un día lloraron en mi hombro, rieron contándome sus cosas,
me dijeron amigo y ahora han enterrado mi amistad con su indiferencia,
inconsistencia y falta de perdón y amor al prójimo.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario