martes, 11 de diciembre de 2012

El poder de nuestras palabras y nuestros pensamientos


"Nuestro lenguaje forma nuestras vidas y hechiza nuestro pensamiento". Albert Einstein

Acostumbramos a hablar y dejar salir por nuestra boca palabras de todo tipo, nos parece tan normal decirlas que olvidamos la importancia de las mismas y el “peso” que estas pueden tener en los que las reciben y aunque no lo creas en el que las piensa y pronuncia.

Aquello de que “hablamos sin pensar” no es tan cierto, pues toda palabra es generada por un pensamiento y un sentimiento. Por eso es importante que midamos cada vez más como están nuestros sentimientos, y como están nuestro corazón y alma, pues si no controlamos ese pensamiento generador primario que es el que nos hace hablar podríamos decir palabras que tienen tanto o más peso negativo que una bala directa al corazón.

Es por eso que te invito en este tiempo de adviento, de Navidad, de fiestas y celebraciones, como lo veas en tu propia existencia para que pienses más y hables mejor.

Cada palabra tiene un peso positivo o negativo, así que si dices algo de cariño la persona lo recibirá así y su efecto en su persona e incluso en su día o vida podría ser determinante para estar bien o para estar mal.

No tienes idea del increíble efecto que producen las cosas que decimos. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que decimos y mucho menos de las consecuencias. Ya es hora que eso cambie en ti.

“Las palabras son un reflejo de nuestros pensamientos y sentimientos”. Para eso es correcto que lo primero que nos ocurra siempre sea tener un pensamiento positivo que puede ser bueno y no uno negativo que tenga el efecto malo para el que lo recibe. Un pensamiento negativo lleva a palabras negativas y si no detenemos ese pensamiento, se puede transformar en palabras y posteriormente en acciones que realmente concluyan con algo que quizá no queramos. Es ahí donde se hace importante revisar nuestros pensamientos, revisar nuestro corazón, porque allí comienza todo.

¿Te has puesto a pensar el daño tan grande que puedes hacer cuando tratas a una persona mal? ¿O cuando entre amigos se tratan con palabras como “estúpido” “imbecil” y otras más que dichas comúnmente puede ser realmente un reforzamiento negativo para la otra persona que la recibe directa a su corazón? En todas esas ocasiones lastimamos, ofendemos y no aportamos nada positivo a la otra persona. Viene ahí entonces la pregunta ¿a quien le estamos diciendo estas cosas negativas? ¿es a personas que no queremos cerca o que no apreciamos? Muchas veces es la gente más importante en nuestra vida y los más cercanos.

Por eso tenemos que pensar antes de hablar hay que recordar aquella frase que dice: "Dios nos dio dos oídos y una sola boca, usémosla en esa misma proporción", es decir que debemos escuchar más y hablar menos, máxime si lo que diremos no tiene un “peso positivo”.

Intentemos construir cuando hablamos y no por el contrario destruir, podrías pensar “ah, es que yo le digo tonto(a) pero es de cariño”, ¿les digo algo? No creo que exista ningún idioma, dialecto o traducción en la que “tonto” tenga un significado agradable, así que como crees que esa palabra le llega a la persona: construirá o destruirá sentimientos, pues de tanto decirla la persona se la cree, se llega a creer que es tonto, estúpida, entro otros horribles adjetivos.

Porque no haces una prueba diciendo: “lindo”, “agradable”, “inteligente”, “te quiero”, “te amo”, “eres especial” y verás los resultados tan hermosos que hacemos salir en las personas, verás sus rostros brillar, verás su corazón saltar de alegría, veras su vida y su aura pasar a un nuevo estado, uno en el que es más fácil alcanzar la felicidad conjuntamente con los que nos rodean.

Esta vida es como un dominó ordenado en forma circular, si empujas una ficha para que caiga sobre la siguiente y comiencen a caer todas consecutivamente, tarde o temprano te llegará el empujón que iniciaste a ti mismo por la espalda.

Aunque no lo creas, las palabras encierran un poder que no conocemos profundamente, y que deberíamos empezar a conocer ¡ya! Vienen desde pensamientos que son los que construyen nuestra existencia, nuestro mundo, nuestro universo, tu futuro. Las palabras trabajan directamente sobre nuestro cerebro constantemente enviándole información, esta información genera en nosotros sentimientos, pensamientos, formas de actuar. Así que si hablamos palabras positivas la probabilidad de que sucedan cosas buenas es enorme, si hablamos cosas negativas ¿que crees que pasará?

Así que les dejo la inquietud, analicen sus sentimientos, eliminen sus enojos impulsivos, eliminen sus gritos y palabras feas, su “hablar golpeado”, no existe palabra grosera buena por más cariño con la que se diga, para eso existe en nuestro diccionario infinidad de adjetivos hermosos para decirle a quien está cerca de ti, así que ¡úsalos!

El amor se debe expresar, pues para eso existe, no esperes más el cambio inicia en ti.

Luis Barboza.

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