lunes, 22 de noviembre de 2010

El derecho a vivir y amar

“La bondad es un lenguaje que el sordo puede oír y el ciego puede ver” (Mark Twain)

La bondad está basada en el sentimiento de alegría que representa para el corazón la misma y por ende viene formada por el amor.

Por el contrario una de las formas más crueles de desamor y de lastimar a una persona es la indiferencia, que lejos de acercar las personas las aleja y las daña, muchas veces sin razón específica o valida.

El prejuicio, por otro lado es casi tan lamentable como la indiferencia porque predispone y limita a la persona de ver la posibilidad de resolver cualquier problema por más grave que este parezca basándose en el amor, limitando por consiguiente la esperanza de generar oportunidades hacia los otros, encerrándote en una bola de cristal que lejos de protegerte te hace insensible y cruel. Cuando lastimas a una persona con la indiferencia el dolor del corazón no solo que marca el tuyo propio sino que a la otra persona le es como si le quemaras las yemas de los dedos y además le obligaras a verlo, es demasiado cruel y no digno de un alma que quiere y anhela ser mejor y vivir en paz y armonía.

No te permitas que esas cosas lleguen a tu vida y se queden en ella, al contrario: lucha por demostrar siempre con amor, con bondad y con la esperanza brindando las oportunidades que sean necesarias.

Mantén siempre la vista puesta en las verdaderas y buenas intenciones, deja que la verdad te haga libre y se leal a tus principios.

Todas las personas tienen derecho a la verdad, a la oportunidad y al desarrollo del espíritu en pro de un bien global y común.

Resuelve absolutamente todos los problemas sin huir de ellos, ni quitando a las personas que los causan de tu camino, pues no sabes su historia ni tampoco la razón por la que están allí junto a ti, y mucho menos lo que pueden representar en tú futuro. No sabes porque te necesitan o porque Dios te lo ha puesto en tu camino. Brinda siempre la oportunidad y resuelve con amor, por más difícil que parezca, todos tenemos derecho a equivocarnos pero también tenemos derecho a enmendarnos y demostrar que somos capaces de recibir pero también de dar, no cierres las puertas a un futuro promisorio ni a un presente espectacular!

Ama y deja que te amen. ¡Piénsalo! esto de vivir, la verdad… vale la pena.

Luis Barboza

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