martes, 19 de enero de 2010

La vuelta al sistema solar en un 3x1

En un día como hoy, hace una vuelta completa al sistema solar, había quedado atrás mi último día de vacaciones de aquel extraño verano, tras un fin de año que no quisiera recordar mucho... unas vacaciones dispersas, momentos de tristeza y soledad, tres días de penumbras enclaustrado en el alto. Sin ganas de salir, ya había huido avisadamente al pacífico para evitar Cinchona, llamadas misteriosas a un retiro espiritual “sin acceso” del cual sacaron las tijeras finales para cortar los últimos hilos que quedaban, esperanzas sin fundamento, pobre mente ilusa.

Sin muchas ideas claras, tras confusos pensamientos, noches de misa diaria, charlas conmigo mismo y algunas otras acompañado exclusiva e invisiblemente por Sebastián; se hacían largas las horas lanzado en la alcoba, sin rumbo, sin palabras y sin explicación, escuchando “Sin Bandera”; abandonado a la suerte y solo con gotas insecables y ligeras, dispuestas a desfilar por las mejillas…

No quedaba más, había que regresar a las labores y, pensándolo bien, era una ruta de escape óptima para tanto gatuperio de hilos, sin duda alguna esto me mantendría ocupado, nuevos retos, nuevos intentos por sobrevivir a mi sin sentido pensamiento extraño, que despertaba luego de tantos años dormido, de mocedad olvidado, presencia mental sin decodificar. Ah! y claro, una oportunidad remota quizás de conocer nuevas personas, nuevas amistades que aceptaran un individuo medio perdido en acción.

Le dimos la vuelta al astro rey, y tan solo a vuelta más de semana, un reconocimiento estelar daría un giro completo en mi vida, un cambio de decisión, de proyección, tan solo era el inicio claro, era el comienzo de un camino largo y pedregoso, que tenía colinas y montañas, rosas y espinas, alegrías y tristezas, pero que al final me harían madurar y llegar al punto que estoy hoy.

Sé que aún falta mucho por recorrer, que las cosas no son fáciles, que la gente le gusta señalar y “dymomizar”, pero saben que? ya no tengo tanto miedo, ya no me siento solo, he encontrado tanta gente buena que me ha apoyado y soportado hasta el cansancio, que aceptaron mi interior por encima del exterior, que valoraron la personas, al ser, y eso que sin conocerme como otros que años tuvieron para hacer un esquema que hoy lanzaron por la borda, estos en cambio que me han acompañado a llorar cuando lo necesité, a reír cuando se podía, abrazos de calidez humana sin duda alguna que fortalecieron un corazón que quería vivir, un espíritu dispuesto a dar más, a luchar y a salir adelante. Si… aquí estoy y aquí voy, y todo gracias a Dios que se asomó por la ventana, me vio y seguramente dijo “un empujoncito no le caería mal” y entonces soltó regalos, me dio la vuelta al sistema solar en un 3x1.